¡Santo Crucifijo de Santa María!
Quizá el nombre se vaya perdiendo en la memoria de unos muchos y se preserva celosamente en la de unos pocos. Desde su resurgir, por los ochenta del siglo pasado, gusta de ser llamado el Cristo Negro, y como tal lo conoce ya el pueblo. Y es inevitable que junto a su nuevo nombre ebullan viejas y misteriosas leyendas, muchas de ellas conjugando devoción y temor, aunque sus relatos, los mismos que engrandecieron su omnipresencia en el imaginario cacereño, vayan evanesciéndose ante su ascendente éxito.
No hace mucho, la imagen quedó relegada a un segundo plano en el fervor de las gentes, olvidada tras las luces cimbreantes de escasas velas iluminando la capilla de los Blázquez de la iglesia de santa María. Aun así, nadie permanecía, ni permanece ya, indiferente ante la visión del Santo Crucifijo en su proximidad, como si del corazón mismo de su negra madera imanase la atención y la conciencia del devoto y del espectador, propiciando un extraño y aquiescente cosquilleo de sensaciones de que, por nuestros nervios y por nuestras venas, transcurre una procesión de desdibujadas historias sucedidas bajo su fulgurante presencia.
Siglos de pasión y temor desfilan en sentidas estampas de una memoria quebradiza entre la fe y la superstición, contagiada de generación en generación… Como si viéramos, desde la propia mirada serena del Cristo Negro,
‘ enfermos postrados en sus lechos suplicando su piedad,
‘ gentes caminando de rodillas con sus miradas rendidas,
‘ la peste huyendo de su encuentro,
‘ una reina juradera atrapada por su fulgurante hechizo…
El Cristo Negro es, con todo ello, misterio, magia, temor, devoción, belleza.
Un enjambre de historias y de leyendas jalonan su mito y cobran vida cuando se abren las puertas de la iglesia de santa María, y un hermano de la Muy Solemne, Venerable y Pontificia Confradía Hermandad Penitencial del Santo Crucifijo de Santa María de Jesús vocea los miércoles de Semana Santa, llegada la medianoche…
– ¡Que salga… el Cristo Negro! ¡Dios lo quiere así!
Modificado para la ocasión. Las palabras que se pronuncian tras tres golpes son: “¡Que salga la hermandad del Cristo Negro! ¡Dios lo quiere así!”
Enlace a las entradas de la serie LEYENDAS DEL CRISTO NEGRO aquí.
FOTO DE CABECERA: Santo Crucifijo de santa María, Cristo Negro.
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