Cáceres en sus piedras

El huevo de Roma

 

En las mismas fechas en que una gallina comenzó a poner huevos con extrañas figuras que semejaban estrellas en la ciudad de Roma, el 14 de noviembre de 1680, un astrónomo alemán llamado Goufried Kirch dio a conocer al mundo el descubrimiento de un espectacular cometa, de un color rojo intenso y una brillante y alargada cola que iluminó el firmamento durante varios meses.

El suceso de Roma, que hubiera pasado quizá desapercibido, o cuanto menos hubiera alimentado la curiosidad y los comentarios de las gentes durante unos días, comenzó a circular de boca en boca, y a propagarse con un tono profético y catastrofista desde Roma por toda Europa, alimentando las creencias y supersticiones de quienes veían una premonición apocalíptica en la conjunción de ambos sucesos. Los cometas eran portadores de infortunios…

…y se creyó que Roma, la ciudad eterna, había caído en desgracia por causa o por aviso del maldito huevo.

 

 

Foto tomada de los archivos del Ministerio de Cultura – Archivos estatales.