“Es casi imposible… dar una noticia, aunque breve, de lo asombroso de sus penitencias (de sor Mariana Francisca de los Ángeles), favores del Señor, y otros casos particulares que la acontecieron, todo asombroso y lleno de admiración…
Las disciplinas de que usaba eran cadenas de alambre y de cáñamo; traía una corona de hierro, con puntas a la parte de adentro, en la cabeza, qeu cubría con la toca y velo; cinco cadenas en todo el cuerpo; muchas veces se lardeaba con cera o lacre; tenía una cruz de hierro, grande y llena de puntas, que la llevaba al hombro en sus penitencias, y otras veces dormía sobre ella, o se la ponía sobre el corazón: su comida lo más del año era pan y yerbas, y algunos días pan y agua, hasta que la Obediencia se lo prohibió por haberla cargado tantos achaques y enfermedades, que en los últimos años no tenía más que la piel sobre los huesos. Todo esto ejecutó por muchos años una doncella delicada, y criada en regalo; siguiendo al mismo tiempo sin desfallecer el paso de la observancia de la Religión, de los oficios, y de los muchos negocios que se la ofreciesen…”
FUENTE:
ÁLVAREZ Y BAENA, JOSEPH ANTONIO. Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes. Diccionario histórico por el orden alfabético de sus nombres. Tomo Quarto.