Cáceres en sus piedras

BILMA MADRERA. ESTERILIDAD Y GESTACIÓN III

 

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Oraciones, amuletos, medallas…

En la vieja villa de Cáceres existía otro remedio más exclusivo para librar la esterilidad, una milagrosa receta que se aplicaba en forma de emplasto que obró algún que otro prodigio:

– ¡El Bilma Madrera!

 

Aunque el nombre parezca esotérico o extraño, “bilma” es la referencia dialectual extremeña de bizma, que significa emplasto. En cuanto a “madrera” hace alusión al fin con que se componía dicho emplasto, que era facilitar las condiciones para que una mujer quedara embarazada.

 

Era una curiosa preparación cuyos ingredientes pareciera que permanecieran en el secreto, pues cuando en la familia no había mujer de edad que los conociera, se acudía a una vieja, como se conocían a aquellas mujeres que componían pócimas, mejunjes o alguna habilidad mágica o supersticiosa con los que se decía curaban males. Los productos eran fáciles de obtener, pero alguno hacía dudar que fuera de buen cristiano su uso, que no de su virtud, de la que la tradición daba fe.

La curandera lo elaboraba adornándolo de un ritual en que no faltaban oraciones e invocaciones que parecían que hubiera entrado en trance.

He aquí la fabulosa receta:

Aceite.

Yema de huevo.

Cerumen de los oídos.

Excemento de bestia.

Leche.

Sin que faltaran igualmente gotas de agua bendecida en misa mayor de domingo.

Todo bien mezclado por manos sabias. Medio cuarto.

Afortunadamente, el potingue no era para tomárselo…

Vayamos al hogar de la vieja:

 

VIEJA. Toma esto. Cuando llegues a tu casa, extiende una parte en un trozo de tela blanca de lino. Rodea con ella tus caderas y aprieta hasta que sientas un poco de dolor. Tenlo puesto dos o tres días y luego coloca uno nuevo con la otra parte.

CASADA. ¡Así haré!

VIEJA. Busca cualquier excusa, pero no debes yacer con tu marido durante el tiempo que lo lleves puesto.

 

La tradición local aseguraba que si la mujer seguía estas prescripciones, el Bilma Madrera lograría, por sus virtudes, que la mujer sanara de su mal y quedara, al fin, fecundada.


 

FOTO DE CABECERA: Detalle de la fachada de la iglesia de santa María.

 

FUENTES:

Consultar la última entrada de cinco de la serie Esterilidad y Gestación en la vieja villa de Cáceres

 

José Luis Hinojal Santos

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