En los lejanos siglos XVI y XVII circuló, por ambientes que se suponían eruditos, la hoy extraña idea de que la villa de Cáceres, cuyas piedras atestiguaban un origen antiguo, era la antigua Gerea, una legendaria aldea cuya fundación fue obra de Gerión, primer rey de Tartesos.
Del formidable asunto se hizo eco el conocido cronista extremeño Juan Solano de Figueroa, en su obra San Jonás, presbítero y mártir, por el año de 1665, dejándonos el testimonio de dicha creencia o leyenda junto a otras lindezas de muy difícil acomodo a la razón y que ya ocuparán hueco en lugar más oportuno. Pero, a fuer de sinceros, no fue el único, ni el primero, en difundirla, encontrando una mención más antigua en la pluma de un humanista de otras tierras llamado Alexio de Venegas, en 1545.
¿Qué fue Gerea?
En los mitos griegos, Gerión aparece como un monstruoso gigante de aspecto humano, cuyo cuerpo se dividía en tres partes, cada una con sus respectivos corazón y cabeza. Poseía una fuerza extraordinaria y su ocupación, en tiempos de paz, era cuidar de un fabuloso rebaño de vacas y bueyes en compañía de su perro (de dos cabezas) Orto. Fue estando en estas labores que pone piedra sobre piedra de lo que será Gerea y, siglos después si seguimos los dictados de aquellos y otros autores, Cáceres.
Era un rey tiránico que atemorizaba a sus súbditos, a quienes exigía tributos y trabajos, no osando nadie levantar su mano ante el poderoso, y horrible, señor.
En tiempos prehelenísticos, en los que las historias de los dioses se entrelazan con las de los hombres, Gerión debe enfrentarse a Hércules, quien, según algunas fábulas, pretendía robarle su ganado en el transcurso de uno de sus doce trabajos; según otras, el semidiós había acudido en auxilio de los lugareños. El pretendido padre fundador de Cáceres morirá en este enfrentamiento, atravesados sus tres corazones por una flecha envenenada.
Como dijimos, esta ascendencia de la ciudad fue mantenida por escritores que, en su época, gozaron de prestigio y estima. Los episodios tuvieron lugar en un lugar de la posterior Hispania, y algunos no dudaron en aventurar que fuera Cáceres y su tierra.
La leyenda no cruzó, por fortuna o por desgracia, el celoso cerco de tan extravagantes eruditos, por lo que otros historiadores, y con ellos el pueblo lego, siguió considerando, como una certeza inmutable, que la vieja villa de Cáceres en su día nació siendo el campamento romano Castra Caecilia.
FOTO DE CABECERA: Vista del Intramuro de Cáceres.
FUENTES:
SOLANO DE FIGUEROA, JUAN. San Jonás, presbítero y mártir, apóstol, predicador y maestro de la noble y muy leal villa de Cáceres, y otros santos sus hijos y naturales del obispado de Coria.
VENEGAS, ALEXIO DE. Primera parte de las diferencias de libros que hay en el universo.
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